Las consecuencias de un superciclo de mejores precios del cobre en los últimos 15 años no necesariamente llevaron a una mayor cantidad de empleo sino que habría generado un deterioro en la productividad laboral.Esta es la hipótesis que la Comisión Nacional de Productividad de Chile (CNP)remitió al Gobierno de ese país en un informe sobre productividad minera, que compara las operaciones cupríferas de Chile con sus pares del Perú, Australia, Estados Unidos, Canadá y Suecia. El informe señala que si bien el aprovechar la tendencia alcista de precios con mayor producción fue razonable -y hasta rentable- para la mineras cupríferas, a la larga generó un impacto negativo en la masa laboral, la operación de minas y la colocación de inversiones cuando los precios del cobre son menores. La productividad laboral en la industria del cobre -entendida como la razón entre producción y empleo- registró una caída global de 20% entre el 2000 y el 2015, según Wood Mackenzie. En este escenario, el Perú se muestra como el tercer mejor país en productividad laboral de cobre (por detrás de Canadá y Suecia), con registro de 70-75 toneladas de cobre por trabajador al 2015 y superando a Chile (aproximadamente 50 TM de cobre por trabajador). Por otro lado, en un periodo de 15 años, Chile se halla en último lugar de este ranking, tras registrar una caída del 50% de su productividad laboral.