El 26 de noviembre del 2015, hace un año exacto, la noticia del día en Apurímac era que por fin habían sido instaladas las ocho mesas de votación para las primeras elecciones de un distrito recién creado; unas dos mil personas elegirían al alcalde de José María Arguedas, en la provincia de Andahuaylas. Nadie entendía por qué nunca antes había existido un distrito con el nombre del andahuaylino más ilustre. Ese mismo día, también en Apurímac, se desarrolló otro suceso que generaría silenciosamente varios tipos de cambios en esta región. La mina Las Bambas, ubicada en la provincia de Cotabambas, produjo su primer concentrado de cobre. El proyecto minero había comenzado en el 2004, y 12 años después daba su primer resultado tangible: un fino polvo gris oscuro cuya última estación en el Perú es el puerto de Matarani. Los meses siguientes fueron, por decirlo así, frenéticos. La exportación comenzó en enero del 2016, y la etapa de operación comercial se inició formalmente en julio de este año, cuando Las Bambas alcanzó una producción diaria de 140 mil toneladas. (Edición domingo).