El viernes pasado el precio de la tonelada de cobre superó los US$6.000, luego de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, hiciera público que planea impulsar la inversión en infraestructura en su país. El efecto de las declaraciones del republicano en el metal sorprendió a la industria minera global y generó rendimientos promedio 15% mayores en sus acciones, sostiene Diego Macera, gerente general del Instituto Peruano de Economía (IPE). Es que en efecto el sector experimenta hace unos dos años una sobreproducción de alrededor de 1 millón de toneladas de cobre, que ha mantenido los precios de este metal a la baja, impulsando a firmas como Glencore y Freeport a recortar sus operaciones en el mundo, explica Víctor Burga, socio de Auditoría de EY Perú. Pero más allá de los anuncios del presidente electo -que como observa Macera no permiten pronosticar los volúmenes que supondrán- el precio del metal seguirá acogiéndose a su rector real: China. El analista apunta que se espera que la demanda por cobre del gigante asiático permanezca en 2% este y el año próximo, y oscilaría entre 3% y 4% entre el 2018 y el 2019. Aunque se desconoce con certeza cuándo China profundizará el crecimiento puertas adentro, frenando las importaciones del metal, se especula que el precio de la tonelada podría incrementarse de forma ligera.