Para Carlos Gálvez, presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), uno de los factores detrás de la aparición de conflictos es la ausencia del Estado, principalmente en su labor redistributiva de los aportes de la minería."Esto trae como consecuencia el empobrecimiento de las poblaciones, que es aprovechado por agitadores", dice Gálvez.Esto impacta en el aumento de las expectativas de las comunidades en torno a los proyectos, lo cual -acompañado por otros factores como la caída de precios- dificulta su avance. "La inversión minera en el 2013 fue de US$10.000 millones, la cual ha ido en descenso y podría bajar hasta US$2.000 millones el próximo año", comenta Gálvez. "Cuando se acaben los proyectos de Cerro Verde, Las Bambas, Toromocho, Constancia y la ampliación de Toquepala, el resto son entre medianos y pequeños, pero megaproyectos, ninguno", agrega.(Edición domingo).