El debate ha servido para que los votantes se reafirmen en la decisión que tenían. Ahí quien queda mejor es García, por mantener la ventaja que ya llevaba. Él tuvo una estrategia más conservadora y moderada, porque sabía que ya tiene los suficientes votos para ganar, y por eso no arriesgó. Ollanta Humala, en cambio, ha tenido un mal desempeño, porque no consiguió quitarle votos a García para ganarlos él. Creo que los dos se mantienen donde estaban y las tendencias permanecen. En general, me parece que Humala se defendió y estuvo en lo suyo, por eso hay un 40% que aprueba su desempeño, pero eso no significa que ese porcentaje se mantenga ante la pregunta ¿quién sería mejor presidente? Humala debió arriesgar más y apelar al votante limeño, pero desconcertantemente no hizo eso. Si él pensó que con su actitud iba a ganar votos en sectores populares de Lima, pues aparentemente se equivocó y la estrategia no le funcionó. Así como a Lourdes Flores se le criticaba sus contradicciones, ahora Humala parece no saber qué camino seguir: si moderarse o mantenerse radical. Este era un momento clave para él, porque podía afirmar un mensaje distinto, pero el mensaje que ha elegido afianzar lo lleva a mantenerse donde estaba. Por lo tanto, Humala termina perdiendo. Dirán que son tendenciosas o inexactas. Pero la expectativa que las encuestas generan en la ciudadanía habla bien de su efecto. Ayer, la empresa Apoyo, Opinión y Mercado divulgó su último sondeo a propósito del debate que el domingo sostuvieron Alan García (Apra) y Ollanta Humala (UPP). Un veloz vistazo de los cuadros le dará a usted una idea de la impresión que, entre los limeños, dejó el encuentro discursivo electoral. Aunque García se impone ampliamente en todos los segmentos temáticos (solo en Políticas sociales y corrupción la diferencia entre ambos es estrecha: 43% y 40%), el desempeño de Humala aparece aprobado por un 40% de los encuestados. Pero, claro, en definitiva, el aprista sacó ventaja, no solo al momento de las propuestas, sino en la actitud que proyectó. La mayoría del electorado consultada lo destacó como más simpático y respetuoso que el líder nacionalista, cuya tardanza al Museo de Arqueología y alguno que otro quiebre autoritario parecen haberle cobrado factura. A Alan, en cambio, se le destaca mucho por las ideas que hilvanó, sobre todo en la primera parte de la cita, cuando se discutió conceptos de democracia, gobernabilidad y derechos humanos.De la pregunta central del sondeo (¿quién cree usted que ganó el debate?), García sale victorioso con un 57%, contra un 22% de Humala. Pero tal vez lo más importante sea apreciar que un 10% de los limeños sí ha decidido cambiar su voto luego de oír las propuestas de ambos aspirantes. Un 87% mantiene en su decisión original y solo el 3% no precisa si el debate modificó sus percepciones.