En un cerro que divide a las comunidades de Antuyo y Choquecca, en la provincia de Cotabambas (Apurímac), y envuelto en una bandera, permanece el cuerpo de Quintino Cereceda Huisa, el comunero que murió el último viernes durante un enfrentamiento con la policía en los alrededores de la mina Las Bambas. El Comercio llegó ayer hasta el lugar donde se registró la gresca. Según informó el coronel PNP Mario Erazo, jefe de la División Policial de Andahuaylas, los agentes intervinieron en la zona porque encontraron al menos dos zanjas de más de un metro de ancho, abiertas con la intención de impedir la circulación de los camiones que transportan el mineral extraído del yacimiento. Los comuneros se encontraban también en el lugar. Cuando la policía intervino, se desató el enfrentamiento. "Mañana se hará la necropsia y se verificará la causa de la muerte [de Cereceda]", dijo Erazo.La tarde de ayer, los familiares del comunero fallecido esperaban la llegada de fiscales para el levantamiento del cadáver. "Por favor, que alguien ya venga y lo levante", gritaba en quechua Antonia Huillca, su viuda. Artemio Solano, representante de la Defensoría del Pueblo en Apurímac, explicó que la demora se debía a que los comuneros no aceptaban que fiscales de Cotabambas se acercaran al lugar. "Están yendo a ver el cuerpo fiscales provenientes de Abancay", adelantó. (Edición domingo).