Mientras el Ministerio del Interior promete ofrecer información oficial sobre el enfrentamiento que desencadenó la muerte de un comunero Quintino Cereceda Huisa (42) y veinte policías heridos, cuando trataban de desbloquear la carretera Quehuire - Huancuire, en la región Apurímac, surgen nuevas versiones sobre el verdadero propósito de los levantamientos en el yacimiento minero de Las Bambas y sus responsables.Fuentes de crédito aseguran a EXPRESO que detrás de todos estos actos de violencia hay infiltrados vinculados a Sendero Luminoso y que actúan bajo la máscara de la ONG "Inkarri SLAM", representante oficial en el Perú de la organización islamista Hezbolá.Precisamente su representante legal en el Perú es Edwar Quiroga Vargas, un alumno de derecho de la Universidad Tecnológica de Los Andes y cuyo enclave estratégico está en la provincia de Cotabambas, jurisdicción en la se ubica el yacimiento minero más importante de Sudamérica y que para operar necesitó alrededor de 10 mil millones de dólares.Quiroga Vargas no actúa solo, según la fuente. Se ha unido a Edwar Asad, un conocido violentista argentino-iraní que desde el 2011 visita nuestro país y concretamente se hospeda en la casa de una pareja de docentes de la Universidad Nacional Micaela Bastidas.Señala la misma fuente que, desde ese año hasta ahora, llega a Apurímac entre los meses de junio y julio para visitarlos y dar sus acostumbradas "charlas" en las aulas a inexpertos jóvenes cuya ignorancia en lides políticas es aprovechada por los citados activistas del islam.(Edición domingo).