Este año, el Índice de Competitividad Global (ICG), elaborado por el World Economic Forum, reveló que el Perú ascendió dos lugares en el ránking mundial -pasando del puesto 69 el año pasado al 67 en esta última edición-. Sin embargo, algunos sectores se han visto afectados por la desaceleración económica mundial y otros factores internos, llevando a que sufran una pérdida de competitividad y hasta de fuerza laboral. El presidente de la Sociedad Nacional de Industrias, Andreas Von Wedemeyer, revela a Perú21 la situación actual por la que atraviesa el sector que representa, la problemática y los retos de cara a un panorama de lenta recuperación económica mundial.¿Cómo encuentra a la industria el presidente Kuczynski? Estamos con un nuevo gobierno, y en este momento el presidente encuentra a la industria en una etapa de caída en la producción de 2% o 2.5% para el 2016. Pero esto ya es algo que sucede por tercer año consecutivo. Es así que la caída acumulada de los últimos tres años es de alrededor de 7%; es decir, hay un proceso de desindustrialización que tenemos que revertir. ¿Qué se estaría perdiendo con la desindustrialización? La industria es un sector fundamental para el desarrollo del país, porque genera valor agregado, innovación, encadenamiento productivo y empleo formal. Todos los países desarrollados defienden su industria, porque es un factor de estabilidad y desarrollo para un país. Las cifras del INEI señalan que en el periodo de enero a julio la caída es de 4.4%. Nosotros pensamos que el año cerrará en 2.5%.¿Toda la industria está mal? Hubo un comportamiento volátil en el procesamiento y conservación del pescado, que ha sido especialmente influyente en esta cifra, pero la mayoría de sectores están estancados, como alimentos, textiles, confecciones, metalmecánica, construcción y otros.¿Por qué está tan afectado el sector textil? En el sector textil hemos tenido dos grandes inconvenientes, fuera de la caída de la demanda internacional. Uno es que nuestro tipo de cambio en los últimos años ha sido desfavorable al momento de exportar a países como Brasil, Argentina y Colombia -que son nuestros principales compradores de textiles-, donde su tipo de cambio varió más aceleradamente que el nuestro; y también por el hecho de que Perú no es un país de sueldos bajos. El sueldo formal peruano es más de 10 veces el salario de países como Vietnam, con el que también competimos.