TAMAYO: PETROPERÚ HA SUSCITADO INCENTIVOS PERVERSOS
5 de septiembre de 2016

Llueve sobre mojado en la selva. El Oleoducto Norperuano continúa detenido y sin fecha de reanudación, pero se sigue fracturando. Tres derrames consecutivos en los últimos treinta días han sellado la suerte de esta vital infraestructura, con tal contundencia que nadie en la industria petrolera confía en que se reactive antes de un año. Pero, ¿qué ha originado estos últimos derrames? ¿Fue acaso que Petro-Perú insistió en bombear petróleo sin autorización de Osinergmin (como ocurrió con el derrame del 24 de junio)? ¿O es que el ducto se cae a pedazos de puro viejo? La respuesta es delicada. La estatal petrolera ha denunciado que las roturas "fueron provocadas por acción de terceros que cortaron la tubería con herramientas", una afirmación refrendada por el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (Oefa) y por la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Loreto-Nauta. Pero ese no sería el único agravante. Gonzalo Tamayo, ministro de Energía y Minas (MEM), apunta que la responsabilidad de los últimos tres derrames recae en dos actores: la población, que mora en el trayecto del oleoducto, y la misma Petro-Perú. "[Los recientes derrames] han sido ocasionados por intervención de la población, cortando el ducto, porque se ha generado un esquema de incentivos perversos a fin de atraer la atención de Petro-Perú para atender sus programas de remediación, como un modo de vida. Y eso lo vamos a combatir", señaló en una reciente reunión de empresarios petroleros, refiriéndose a la estatal. Fuentes de la disuelta Comisión de Transferencia del MEM detallaron que dichos "incentivos perversos" fueron suscitados por la petrolera estatal cuando esta empezó a incrementar de forma excesiva el jornal para las labores de remediación. Ello, como una forma de aquietar los ánimos de las comunidades nativas, impactadas por los continuos derrames. En efecto, documentos a los que ha podido acceder Día1 muestran que Petro-Perú triplicó el jornal para labores de remediación, de S/50 a S/150, después del tercer derrame ocurrido en junio. Tal habría sido el detonante de las tres últimas roturas (agosto), como lo sostiene el ministro Tamayo.

  • [El Comercio,Pág. 4 Día 1]
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