La amenaza que pende sobre la refinería de Iquitos (Petro-Perú), debido a la detención del Oleoducto Norperuano, ha dejado en segundo plano un peligro más cercano: el cierre de la refinería de Pucallpa, operada por Maple Gas Corp.Tal es el riesgo al que se enfrenta la petrolera privada como consecuencia indirecta de la crisis que afecta al oleoducto.En efecto, Maple no puede refinar petróleo, porque su proveedor natural y más cercano, Cepsa, operador del lote 131 (Pucallpa), está vendiendo toda su producción de crudo liviano (bajo en residual) a la refinería de Iquitos, distante a 4-7 días por el río Ucayali.Y de otro lado, tampoco puede importar combustibles, debido a "los precios, por debajo del costo de reposición, que ha fijado Petro-Perú en la selva", refiere una fuente de Maple.