La presencia de más de 20 bancos involucrados y la necesidad de obtener US$4.125 millones hacen del financiamiento del gasoducto sur peruano el más grande y complejo de su tipo en América Latina en estos momentos. "Así no estuviera Odebrecht, igual sería un proyecto peludo", dice, de forma bastante gráfica, una fuente de alto nivel en el Estado Peruano.Más peludo se ha visto esta semana en medio de la publicación de diferentes versiones sobre el proceso. Así, el portal de "Semana Económica" afirmó el martes que los bancos que financiarán el proyecto habían "rechazado" las ofertas presentadas por los tres postores interesados:el fondo de inversión Brookfield, la española Ferrovial y el consorcio Maredacción cquarie-Sempra-Techint. El motivo, explicó este medio, sería que ahora los bancos quieren que Odebrecht salga completamente del consorcio encargado de la ingeniería, procura y construcción (EPC, por sus siglas en inglés). En este consorcio, la firma brasileña tiene un 71% de acciones y Graña y Montero, el restante 29%."Nada se ha rechazado". Dos fuentes de diferentes actores involucrados, consultadas por El Comercio en diferentes momentos, coinciden en utilizar la misma frase para precisar la información. Lo que ocurriría, en cambio, es que las ofertas siguen en evaluación y se ha ampliado el plazo para cerrar el acuerdo dada su complejidad.