Una de las primeras medidas del presidente electo Pedro Pablo Kuczynski será "destrabar" al menos una docena de megaproyectos. En la lista figura el Gasoducto Sur Peruano (GSP), cuya construcción se frenó debido a la venta de acciones por parte de Odebrecht.Esta empresa brasileña forma parte del consorcio constructor del gasoducto. Sin embargo, debido a los actos de corrupción en los que estuvo implicada, la compañía tiene problemas para agenciarse un crédito y financiar la obra.Según información oficial, a julio 2016 la obra gasífera, que debería entrar en operación en marzo de 2019, cuenta con un avance solo del 35,8%.Desde la puesta en marcha de este proyecto han ido surgiendo algunos nubarrones que ensombrecen su futuro e incluso la utilidad de esta obra. Un informe de la Contraloría General de la República señala que el proyecto, valorizado en US$ 7.308 millones, no contó con los estudios necesarios para su ejecución y que las reservas de gas son insuficientes para surtir a una obra de esa magnitud.Esto último se constituye en algo grave, debido a que un inmenso gasoducto sin gas podría convertirse en un "elefante blanco".(Edición domingo).