El manejo macroeconómico ha sido una de las grandes fortalezas de la economía peruana en los últimos años, pero una de las herencias del gobierno del presidente Ollanta Humala para Pedro Pablo Kuczynski es una posición de la caja fiscal bastante menos holgada de lo que recibió en el 2011. La deuda pública ha crecido con la actual administración y el déficit fiscal se ubica algo por encima del 3% del PBI. Esta situación responde a un mayor dinamismo del gasto público en los últimos cinco años que, lamentablemente, no se ha ido a inversión productiva, sino en gasto corriente. De hecho, durante este Gobierno el gasto corriente de todo el sector público no financiero ha crecido 49%, mientras que la inversión pública apenas ha subido un 1%. Es importante recordar que en los últimos dos años la inversión ha venido cayendo; mientras el gasto corriente no ha dejado de crecer trimestre tras trimestre.