La masificación del gas natural fuera de Lima e Ica constituye una historia agria para este gobierno. A tres años de lanzada, ni una sola molécula del hidrocarburo ha beneficiado a las regiones, aun cuando se han trabajado varias iniciativas diferentes: tres a cargo de Pro Inversión y dos a cargo del Ministerio de Energía y Minas (MEM). De estas, las tres primeras continúan avanzando (aunque con más de un año de retraso) mientras que las dos últimas han tenido un amargo desenlace. Nos referimos a la concesión de gas natural para Piura (que no se concretó, tras dos años de dimes y diretes) y al proyecto de masificación del gas natural en diez ciudades altoandinas, proceso adjudicado a Graña y Montero Petrolera (GMP) por el MEM en el 2013.Ambos están saliendo del portafolio de proyectos gasíferos, según manifestó Rosa María Ortiz, ministra de Energía y Minas, en reunión con la prensa."La concesión para Piura se evaluó en su momento, y se determinó que la propuesta no era conveniente y se denegó. No obstante, la empresa [Promigas] ha presentado un recurso de reconsideración ante la Dirección General de Hidrocarburos (DGH) y aún puede apelar ante el viceministerio de Energía", indicó Ortiz.Agregó que similar suerte ha corrido el proyecto de masificación del gas en 10 ciudades altoandinas, debido a que GMP no lo pudo ejecutar."El tema de Graña y Montero Petrolera no avanzó. Por el contrario, terminó en arbitraje. Por eso, se sacará ahora un proyecto integral [a cargo de otro operador] que incluirá más componentes, como ocurre con las concesiones de GNL en el sur y norte del país", detalló la funcionaria.Dicho proyecto será concesionado a inicios del 2017 para dar tiempo a que Pro Inversión lo reestructure y a que el MEM rescinda el contrato con GMP, según señaló Raúl Pérez-Reyes, viceministro de energía.