LA SEGÚN DA VUELTA Y LA LUCHA POR GANAR CONFIANZA
7 de mayo de 2006

Reacomodado ya el panorama tras una tensa primera vuelta, se hace evidente que en la segunda la lid se centrará mayoritariamente en cómo ganar la confianza de aquellos casi cinco millones de ciudadanos que se han quedado sin candidato.Este sector de votantes que es reflexivo, analítico y menos apasionado es por lo tanto poco proclive a dejarse convencer por frasecitas bien armadas y mucho menos por populismos baratos. Son ciudadanos que tienden a priorizar los principios democráticos a los que nos referimos en un editorial anterior y que esperan que se los respete. Además, por lo general, son menos impresionables por el facilismo de la guerra sucia y, más bien, estarán pendientes de un debate profundo y alturado.Por otro lado, habrá un alto porcentaje al que no lo convenza ninguno de los dos candidatos. Estos deberán pensar que en una segunda vuelta, quien no vota o vota en blanco o viciado, lo que está haciendo es favorecer al candidato que menos desea que sea presidente. ALAN GARCÍA Y SU NECESIDAD DE GANAR EL VOTO EN BLANCOPara Alan García el desafío de la segunda vuelta no radica tanto en enfrentarse a Ollanta Humala. Su preocupación deberá centrarse en evitar el voto en blanco o viciado de los casi cinco millones de ciudadanos que se quedaron sin candidato y hacer que voten por él. Precisamente, en este grupo está también lo más acendrado del antiaprismo. El reto de García no es entonces fácil. Lo obligará a demostrar que ha cambiado y esto requiere de pruebas contundentes que solo se consiguen con acciones concretas y no solo con promesas. En esa dirección, lo que Alan García debiera hacer es que su bancada congresal proponga de inmediato, durante esta legislatura, una serie de leyes y compromisos que, de llegar al gobierno, lo ayuden a mantener la coherencia en el manejo de la cosa pública (y den la señal clara de que quiere alejar a su partido de las malas tentaciones que tanto daño causaron en su anterior gobierno). Entre estas normas podemos citar varias: definir claramente cuáles son los cargos de confianza en el Gobierno (debiéndose incluir hasta el nivel de director general, en la carrera pública de manera que los cargos no se conviertan en botín político); firmar (antes del 28 de julio) un documento en el que García se comprometa a que no incrementará un solo puesto público más, debiendo complementar lo anterior con una ley de transparencia que fije sanciones penales para el funcionario que contrate personal a través de formas subrepticias.Podrá también normarse que el contralor general sea nombrado por el Congreso a propuesta de los grupos políticos que no están en el Gobierno y premunirlo de plena autonomía (incluyendo la económica); legislarse para que el ministro que viole la actual ley de transparencia y responsabilidad fiscal y gaste más de lo que tiene sea sancionado (norma que existe pero está hoy pegada en la pared pues le quitaron el artículo que contenía las sanciones) y para fortalecer la autonomía del BCR desvinculando a su directorio de la administración pública.Debemos enfatizar que la lista anterior tiene una cualidad muy especial: todo lo señalado en ella forma parte del plan de gobierno del Partido Aprista o ha sido prometido públicamente por el candidato Alan García --algunas propuestas incluso cuentan con proyectos de ley presentados--. EL DILEMA DE HUMALA: CÓMO APACIGUAR SU DISCURSO SI PERDER VOTANTES EN EL INTENTO En la búsqueda del votante más reflexivo, es evidente que el ganador de la primera etapa, Ollanta Humala, está desarrollando un discurso mucho menos radical. Solo así podrá convencer al grupo de votantes reflexivo que su posición no es tan extrema como la que mostró en la primera vuelta. Pero esto no le será fácil. Deberá aclararle a este grupo de votantes sin candidato qué entiende por 'nacionalismo' y cómo es que no es expropiatorio; deberá convencer que cree que para repartir riqueza primero hay que crearla o de lo contrario, en pocos años --una vez repartido todo--, lo que quedará por distribuir será solo más pobreza; deberá convencerlos de que él promoverá la empresa privada y no la estatal como base de la creación de riqueza y que es consciente de que la inversión privada solo se da cuando hay confianza; que sabe que el camino exportador es el único que podrá acercarnos al mundo desarrollado y que para ello, les guste o no, se requiere el TLC con EE.UU.Humala deberá también demostrar que él respetará los derechos humanos, lo que lo lleva a probar, no solo ante el Poder Judicial sino ante los votantes, que no los ha quebrantado en Madre Mía; que la libertad de prensa no es un derecho de los periodistas sino de todos los ciudadanos que exigen estar informados especialmente de las irregularidades y desatinos del gobierno; que su entorno familiar no interferirá en el manejo del país; que su esposa será la esposa del presidente y no la presidenta y, lo más complejo, que su nuevo y disgregado partido político sumará para un mejor gobierno y no restará como sucedi

  • [El Comercio,Pág. A 4]
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