La empresa peruana Graña y Montero (GyM) está preocupada por la situación de sus inversiones en Bolivia, que superan los 37 millones de dólares entre ductos de transporte de combustible y plantas de procesamiento, afirmó el gerente general de GyM Petrolera, Francisco Dulanto.Manifestó que existe una profunda preocupación por la situación que se vive en ese país, sobre todo porque no hay certeza acerca de las medidas que tomará el gobierno boliviano ahora que ya tomó el control de las instalaciones petroleras."El decreto del primero de mayo aparentemente quiere tomar control de las participaciones en la exploración y producción. Pero hay partes que también se refieren a recuperar toda la cadena productiva, es decir, exploración, producción, refinación, transporte por ducto, almacenaje, etc.", expresó a la agencia Andina.