Cuestionar la viabilidad del proyecto del Gasoducto Sur Peruano (GSP) está fuera del debate. Ni un candidato ha deslizado la posibilidad de paralizar su ejecución, pero se debe ver si puede funcionar como un proyecto integral, no solo por la conexión que tenga con las centrales térmicas en el sur, sino también las posibilidades para una industria petroquímica o un módulo (tren) de exportación de GNL, señala Anthony Laub Socio de Laub & Quijandría."Su fortaleza es que se descentraliza la generación fuera de Lima y se lleva al sur. Además, significa tener un insumo barato que permitiría algún grado de industrialización en el sur. Su debilidad es que el proceso de adjudicación fue cuestionado". El riesgo es que no contamos, hasta la fecha, ni con los que tomarán el gas al final del GSP, ni con el gas que va a ser inyectado en el ducto. Hasta hoy solo hay reservado 1 TCF por D.S. del Gobierno anterior, y esa es toda la garantía con que se cuenta. Se sabe que en la cuenca de Camisea hay 40 TCF, y en diez años de ejecución de Camisea no se ha consumido ni 2 TCF de los 14 TCF probados. Hay que verificar que el proyecto se maneje de forma transparente y correcta, y si no, ver la forma de recomponer aquello que le hace daño al proyecto y ver como lo sacamos adelante, citó Laub..