Aunque es difícil medir el impacto de la jornada de protesta, de acuerdo con los informes preliminares de las agencias de noticias, desde los campos de California hasta Nueva York, Estados Unidos sintió el llamado de un Día sin Inmigrantes, el cual estuvo marcado por el ausentismo laboral tanto en el sector agrícola como en restaurantes, hoteles, obras de construcción y algunos centros médicos. Las protestas se expresaron en multitudinarias marchas para pedir el reconocimiento de los derechos de los 11 millones en que se estima el número de inmigrantes ilegales en Estados Unidos. Peruanos dan su testimonio.