Un inusual caos se vivía ayer a las 11:30 de la mañana en los exteriores del cementerio Miraflores. No era para menos, pues el candidato presidencial de Unión por el Perú (UPP), Ollanta Humala, protagonizaba una inesperada visita a la tumba del fundador del Apra, Víctor Raúl Haya de la Torre. Para los simpatizantes del partido de la estrella, se trataba de una provocación. Para el candidato, el homenaje a uno de los peruanos más ilustres. Aunque a los manifestantes no se les permitió ingresar al camposanto, su furia se hizo sentir con gritos y duras frases.Aunque una camioneta esperaba dentro del cementerio a Humala, este no escogió una partida veloz sino, por el contrario, prefirió salir caminando y recorrer las calles aledañas.La gresca entre sus simpatizantes y los apristas se había iniciado, situación que se agudizó cuando Humala fue cargado en hombros.Terminado el bullicio, el aspirante presidencial negó que su actitud tuviese un ánimo de provocación. Incluso se declaró nuevamente víctima de la prepotencia aprista."No nos van a hacer correr. Que sepan que no nos van a amedrentar", aseguró.