CHANTAJE E INSULTOS INTOLERABLES
26 de abril de 2006

Nos solidarizamos, como peruanos, con el rechazo expresado por el presidente Toledo y la cancillería, primero al fuerte agravio del mandatario boliviano, Evo Morales, y luego a la absurda maniobra de chantaje digitada por el caudillo venezolano Hugo Chávez en relación con la salida de su país de la Comunidad Andina de Naciones (CAN).Se trata de maniobras lesivas a nuestra soberanía y a la institución de la Presidencia de la República que no podemos pasar por alto.En el caso del señor Morales, que ha llamado " traidor al pueblo indígena" al doctor Toledo por haber suscrito el TLC con Estados Unidos, es más lamentable aun. Aparte de lo gratuito y absurdo del calificativo, se trata de un país hermano con fuertes vínculos históricos con el Perú, cuyo nuevo mandatario lo está llevando por rutas insospechadas al dar preferencia al delirante amiguismo chavista antes que a los intereses más profundos de la nación altiplánica.En el caso de Chávez, sin embargo, vuelve a repetir la monserga previa, pero añadiendo esta vez elementos de chantaje e inaceptable intromisión en asuntos internos de otros países: Declara que está dispuesto a reconsiderar su salida de la CAN si Perú y Colombia se retractan de los avances en las negociaciones del TLC con EE.UU. Esta postura es solo una jugada más del autoritario Chávez, que sigue buscando pretextos para explicar ante sus connacionales su decisión personal y adelantada de retirar a Venezuela de la CAN para intentar formar un nuevo eje integrador. Es decir, uno que él maneje a su antojo con el recurso petrolero y que, al mismo tiempo, sirva para socavar las relaciones de países sudamericanos con Estados Unidos, al que prefigura como su enemigo personal.Estamos advertidos. En uso de su soberanía, el Perú tiene que mantener su posición de seguir adelante con el TLC y replantear su posición dentro de la CAN, la que debe ver mejor como un foro político. El diálogo es una herramienta básica y necesaria, pero solo ante una contraparte que demuestre vocación de apertura y cambio, lo que no parece ser el caso de Chávez.