Ha hecho muy bien el Gobierno peruano en expresar su enérgica protesta por la insólita declaración del presidente boliviano Evo Morales, quien tildó de 'traidor' a su par Alejandro Toledo por promover el TLC con Estados Unidos, no en su país, sino en el propio.No fue su único exabrupto. Sobre el presidente colombiano Álvaro Uribe, dijo que no le extrañaba su respaldo al TCL pues "todos sabemos de dónde viene", y con respecto al secretario general de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) comentó que "ha jugado sucio".Curiosa manera de incursionar en la arena internacional la de Morales. Avala con entusiasmo la matonería del venezolano Hugo Chávez cuando interfiere en asuntos internos de otros países que no le competen y, en cambio, agravia a sus colegas por decisiones sobre temas que, sin duda, pertenecen al ámbito soberano de cada nación, como la suscripción de un tratado comercial del que, además, fueron oportunamente informados todos los países de la CAN.La obvia impresión que deja Morales es que le ha sido imposible dar el salto de dirigente sindical a estadista que debe conducir la política exterior de su país con respeto a las decisiones autónomas que cada uno de ellos puede tomar.Por ello, también ha hecho muy bien la oposición local al presidente Toledo en rechazar con energía -como no podía ser de otro modo- las pachotadas del novato boliviano que están en línea con las del orangután venezolano.Pero, más allá de las formas diplomáticas que corresponde expresar ante una situación como esta, es evidente que la región andina atraviesa por una turbulencia peligrosa.Entre el afán expansionista de Venezuela financiado por los petrodólares, los desvaríos de un gobierno boliviano empantanado por la incompetencia de su presidente y la inestabilidad ecuatoriana, a lo que deben añadirse los problemas en Colombia y Perú, es muy poco lo que se puede avanzar en el terreno de la integración regional, lo cual fortalece la necesidad de explorar ámbitos en los que se pueda identificar asociaciones de mayor beneficio para el país, señala el director de Perú 21, Augusto Álvarez Rodrich.