La destemplanza de los candidatos ante las circunstancias adversas parece ser ‘leitmotiv’ de esta campaña presidencial. Hace solo cuatro días, reflexionábamos en esta misma página sobre la forma en que algunos de ellos reaccionaban ante su mala performance en las encuestas culpando a las empresas que las realizan o a las que las divulgan. Esto es, a las encuestadoras mismas o a los medios que contratan y publican sus trabajos.En concreto, Alan García, quien anda quinto en la mayoría de sondeos, respondió con gran crispación a las preguntas de un periodista sobre ese dato de la realidad con acusaciones a este Diario de una supuesta "manipulación de las cosas" y desarrollando una imaginativa teoría sobre la existencia de una "guerra psicológica de las encuestas". Una salida simbólicamente equivalente a aquella que tenían los viejos sátrapas persas cuando recibían una mala noticia: matar al mensajero.No muy distinto fue, en ese sentido, el argumento de la "mano negra" esgrimido por Julio Guzmán cuando fue confrontado por las autoridades electorales con las faltas que su propia agrupación había cometido al momento de registrar los cambios en su estatuto y designar a su nuevo Tribunal Nacional Electoral, entre otras irregularidades. Como comentamos aquí a propósito de esos problemas, la mano que los había producido era más bien morada. Es decir, también en ese caso se estaba tratando de responsabilizar a terceros de lo que ellos mismos habían generado.Ahora, por último, se diría que ha llegado el turno de Pedro Pablo Kuczynski de traducir su contrariedad por lo mal que van internamente las cosas en su campaña, en aspereza hacia el mundo exterior. Como se sabe, hace unos días el candidato de Peruanos por el Kambio (PPK) tachó de "ignorante" a un periodista que le preguntó en Puno acerca de su posición con relación a una eventual renegociación de los contratos del gas. Es verdad que la pregunta no se produjo sola e inocente -como la han querido citar algunos- sino acompañada de una opinión en la que el periodista le decía al candidato que su posición sobre el gas no demostraba una preocupación por el futuro del Perú, lo que constituía una afirmación efectivamente basada en la ignorancia (el periodista mostró no tener idea de la caída estrepitosa que han venido teniendo los precios internacionales del gas en los últimos años, aunque implicaba que PPK era irresponsable al no querer renegociar lo que el Perú cobraba a la empresa concesionaria). Pero también lo es que el tono de exabrupto que tuvo la respuesta de Kuczynski no le va bien a un candidato que tendría que distinguirse por su peso de estadista. Y aunque luego le ofreció públicas disculpas por el exabrupto, horas más tarde mandó a su contendor por Acción Popular, Alfredo Barnechea, a que "vaya a la UNI [Universidad Nacional de Ingeniería] y aprenda un poquito de gas y petróleo" antes de pretender debatir con él sobre la materia. Una erupción que sugiere claramente que la actividad volcánica bajo la superficie no ha cesado en la organización que lidera.Algo, en efecto, ha de haber estado funcionando mal en un proyecto político que hace unos meses ocupaba nítidamente el segundo lugar en las preferencias electorales y que luego vino deslizándose lenta pero sostenidamente en los sondeos hasta ser rebasado, primero, por un postulante con más sombras que luces, como César Acuña, y más tarde -tras la debacle del aspirante presidencial de Alianza para el Progreso por las múltiples acusaciones que pesan sobre él- por otro cuyos activos son fundamentalmente la juventud y la oferta de una imprecisa novedad, milagroso antídoto contra los presuntos "dinosaurios".Los síntomas de esa desarmonía interna son sin duda el licenciamiento de quien fuera hasta hace poco el asesor de la campaña, el cubano Mario Elgarresta, así como el repliegue de Fernando Rospigliosi, primero en tanto candidato al Congreso y luego, como jefe de comunicaciones de PPK. Y también, eventos más azarosos, como la aparición en televisión de una postulante al Parlamento en la lista por Lima a tratar de identificar su personal aversión a la unión civil con la postura del aspirante presidencial de la organización. Con un discurso, además, tan virulento como deshilachado, que responsabilizaba del resbalón de Kuczynski en las encuestas a su compañero de lista Carlos Bruce, por defender la iniciativa que a ella tanto la turba. Con todo, hay que decir que no se trata ciertamente de circunstancias que no puedan producirse dentro de una campaña... Pero tendrían que mover a la autocrítica serena y a la reacción rápida. Y aun cuando nada de ello fuera posible, por lo menos no a las cajas destempladas contra el frustrante mundo exterior, donde las cosas no se están dando como ellos quisieran. Eso solo ocurre cuando las causas ya están perdidas y debemos suponer por los videos que el candidato ha empezado a compartir en redes bajo el hashtag #seacaboelrecreo que en PPK no piensan que ese es el punto en el que se encuentran en esta competencia electoral.