SINRAZONES PARA UNA ALIANZA
24 de abril de 2006

La iniciativa de Mario Vargas Llosa para que Alan García y Lourdes Flores establezcan "una alianza inmediata, de gobierno, sin siquiera esperar los resultados definitivos de la primera vuelta", con el fin de atajar el triunfo de Ollanta Humala, es contraproducente porque, simplemente, allanaría el objetivo que él considera imprescindible evitar.La política es el arte de lo posible, pero no deja de ser paradójico que la cabeza de la alianza que se formó para recomponer el país luego de la catástrofe en que estaba en 1990, ahora quiera ser revivida para devolverle el poder a quien la generó.Como se mencionó en esta columna hace una semana, la reedición del Fredemo, dieciséis años después, implica una incorrecta interpretación de lo que piensa el ciudadano de a pie, pues lo único que conseguiría es fortalecer el sentimiento antipartido que predomina desde, precisamente, los tiempos en que se gestó la candidatura presidencial de Vargas Llosa.El voto directo del Apra y UN apenas supera el 40%, pero si se aliaran, a duras penas podrían sobrepasar su actual votación conjunta. Una alianza de este tipo, a estas alturas, simplemente proyectaría una sensación de pánico dentro del 'sistema' que favorecería a Humala.El funcionamiento del régimen democrático y económico está muy mal evaluado por la mayoría. Este es percibido como un sistema que funciona bien solo para los ricos y los políticos que llegan al poder. Y la responsabilidad de esta situación es atribuida, justamente, a los partidos que Vargas Llosa pretende juntar, lo cual llevaría a que García concentrara toda la crítica antisistema en beneficio de Humala.Obviamente, lo más conveniente sería concretar una alianza que no se quedara en los aspectos decorativos y electorales, y se convirtiera en un pacto de largo plazo -como en Chile- para realizar, dentro de la democracia, las reformas de fondo que se necesitan con urgencia en el país.Pero es improbable que vaya a tener credibilidad en el elector una propuesta improvisada en dos semanas para subsanar lo que no ha cuajado en dos décadas,señala el director de Perú 21, Augusto Alvarez Rodrich.