LA POLLERA COLORADA
24 de febrero de 2016

El rumor de que Julio Guzmán sería el verdadero candidato de Nadine Heredia se extendió la semana pasada cuando la misma prensa que apoyó, sin tregua, a la actual pareja presidencial en el 2011 se fajó en una cerrada y agresiva defensa de su candidatura.Sin embargo, para ser justos, ¡Guzmán es el candidato del Jurado Nacional de Elecciones! La falta de determinación de este organismo y su incapacidad para resolver, oportunamente, los problemas han convertido a Guzmán en una víctima del sistema, distorsionando así la campaña presidencial.Cierro estas líneas y el Jurado Electoral Especial todavía no se pronuncia sobre su caso y si lo hiciera en su contra, Todos por el Perú apelaría al JNE y se mantendría el misterio, una semana más.Así, el primer ente electoral le ha regalado a un candidato televisión y prensa gratis durante tres semanas. No hay manera de tener mejor publicidad. Ha premiado su informalidad. Ahora nadie se pregunta sobre la novedad y la oportunidad de sus ideas, nadie le exige que las contraste con las de los otros aspirantes a la presidencia, o con la realidad del país que apura una serie de dificultades producto de la inacción e improvisación del gobierno que se va.La sobreexposición de este candidato ha permitido, por ejemplo, que la cabeza de su lista al Congreso y candidata a la primera vicepresidencia de su partido, Juana Umasi, pase inadvertida, a pesar de que un video de archivo de Panamericana Televisión demuestra que es capaz de mentir sin desparpajo y sin medir las consecuencias. En el 2001 su esposo, José Taco, entonces congresista por Perú Posible, fue descubierto con sus cuatro asesores en la camioneta que le había asignado el Congreso, en completo estado de ebriedad, pero cuando llegaron las cámaras de televisión se cubrió la cara con el saco de su terno. Avezada, porque no lo habían grabado, Umasi declaró públicamente que su marido había sido suplantado, y afirmó que mientras sucedió el incidente, él había estado con ella en el calor de su hogar. Días después la policía denunció a Taco y este tuvo que aceptar su responsabilidad.José Ignacio Torreblanca y Víctor Lapuente Giné, españoles, profesores de Ciencias Políticas, coincidieron el último fin de semana en el diario "El País" sobre el retorno del populismo en el mundo occidental. Su preocupación se detiene en el discurso polarizante de Podemos y en la intolerancia xenófoba de Donald Trump.Nuestras realidades son muy diferentes pero nuestros problemas suelen ser muy similares, pienso mientras los leo con atención; la semana pasada vimos en la prensa de Lima un conglomerado de textos bravucones, si no atarantadores, en defensa de la informalidad de Julio Guzmán, pero en desmedro de voces que desde la investigación periodística, como la de Ricardo Uceda, o de una posición principista como la de Gonzalo Zegarra, director de “Semana Económica”, han opinado en contra de la continuidad de su postulación.Ayer, en estas misma páginas, el periodista David Rivera dijo que a los periodistas de El Comercio y "Perú 21" se les está notando el fustán y algo más, porque, sin observar la opinión de algunos expertos en temas electorales, critican la renuencia a las reglas de Todos Por el Perú."Esta sensación de superioridad moral es la piedra angular sobre la que se asienta el populismo", afirma Lapuente cuando contrasta el populismo de izquierda con el de derecha. "Es la esencia del populismo: entender que hay una opción política buena y otra mala, que hay una ideología moralmente superior" añade.Así, pues, en nuestro país los que se sienten moralmente superiores se fijan en el fustán de la falda ajena y no se detienen en la frondosa pollera colorada que se les descose de la propia, señala la periodista Cecilia Valenzuela.