Aunque a lo largo de su campaña puso siempre nada más que pretextos, ayer el candidato presidencial Ollanta Humala, ante la presión evidente de su -casi seguro- contendor Alan García Pérez, aceptó un debate público de cara a la segunda vuelta electoral.En la víspera, desde Puno, el líder aprista, confiado en su pase a la segunda ronda electoral, le propuso a su oponente algo concreto: un debate en Puno o Cusco. El comandante en retiro aceptó. Es más, dijo que debatirá con él los puntos concernientes a los planes de gobierno sea en Cusco o Puno. Pero -¡cuándo no!- dijo que "todo tiene que ser por etapas": primero los equipos técnicos y vicepresidentes, y posteriormente los candidatos.Humala declaró ayer antes de partir hacia Trujillo, donde convocó a un mitin proselitista. (Edición domingo).