La remediación ecológica por los derrames de petróleo ocurridos en Chiriaco (Amazonas) y Morona (Loreto) tardaría un año. Así lo confirmó ayer Germán Velásquez, presidente del directorio de Petro-Perú, empresa estatal que administra el Oleoducto Norperuano que se fracturó en esas dos localidades amazónicas en las últimas tres semanas. Según el funcionario, el objetivo de Petro-Perú es devolver la flora y la fauna de la selva al estado en el que estaba antes del derrame. En una entrevista en RPP, Velásquez admitió que hubo "debilidades" que permitieron las fugas de crudo el 25 de enero y el 3 de febrero, respectivamente. No obstante, rechazó que los accidentes se hayan producido por falta de mantenimiento del oleoducto. Vale la pena recordar que el domingo el ministro del Ambiente, Manuel Pulgar Vidal, señaló a El Comercio que la infraestructura de Petro-Perú está "obsoleta" y que la empresa no completó un plan de adecuación ordenado por el Gobierno que exigía a las empresas petroleras instalar monitores inteligentes en los ductos.