IMPUNE CARAVANA DEL CONTRABANDO
18 de abril de 2006

E l contrabando --ese delito que ningún candidato se atrevió a combatir durante la campaña electoral-- ha cobrado ribetes de verdadero escándalo que, como acaba de denunciar nuestro Diario, no podemos tolerar. En la frontera norte, por ejemplo, el tráfico de gasolina y diésel está llevando a la quiebra a la mitad de grifos formales de Tumbes y Piura y convirtiendo esas regiones en tierra de nadie, sometidas a bandas de contrabandistas y sus ilícitos negocios.¿Y las autoridades policial y aduanera? Bien, gracias. Ha tenido que aparecer la denuncia en El Comercio para que la PNP salga al frente y reconozca la gravedad de un hecho que se perpetra ante la inacción vergonzosa y cómplice de algunos miembros de la Policía de Carreteras. En cuanto a Aduanas, aún no ha deslindado responsabilidades. Pero nuestro Diario tiene fotos de vergüenza en las que se observa a los traficantes circulando libremente ante las camionetas de la Policía de Carreteras, que impasibles permiten el ingreso del combustible ecuatoriano al país. También hay pruebas de soborno a policías que denigran a su institución.Esto no puede continuar. Esta mafia abastece al transporte tumbesino y piurano, a los botes pesqueros de Talara, al parecer a buena parte de las langostineras que operan en el mar norteño e incluso a Lima. Es más, domina barrios populosos, agrede a policías e incluso a la prensa, que la denuncia e investiga. Delinque con total descaro y comodidad, probablemente porque se siente apoyada por la inacción policial y aduanera sospechosa y complaciente. ¡Ni qué decir de la fiscalía y del Poder Judicial! ¿Acaso hay alguna banda procesada y en la cárcel por el delito de contrabando? Estamos hablando de una política de guerra contra las cabezas de una mafia que, evidentemente, se aprovecha del desempleo y la ignorancia para financiar el trabajo fácil y sucio. Todas las autoridades involucradas deben aplicar una estrategia coordinada migratoria, aduanera y coercitiva para reforzar el control y sancionar a esta lacra que, en gran escala o tipo 'hormiga', castiga la competencia, la economía y el empleo.Si faltaban pruebas para actuar, allí están.