Las reformas del sector eléctrico en los principales países de Sudamérica comenzaron desde inicios de los años ochenta con Chile y se profundizaron en los noventa, enfocándose principalmente en la desintegración vertical de la industria y en el otorgamiento de incentivos a la inversión privada, mejoramiento del marco institucional de la regulación y fiscalización, y mayor competencia por los clientes finales no sujetos a regulación de precios.Otros países importantes fuera de Sudamérica también han implementado reformas promercado en el sector eléctrico, el caso más reciente es México, que, como parte de la reforma energética aprobada en el 2013, rompió el monopolio ejercido por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) por más de medio siglo. La CFE competirá en los segmentos de generación y comercialización con las mismas condiciones que las empresas privadas, sin la necesidad de vender o privatizar sus activos.En el caso del Perú, las reformas del sector eléctrico, con la Ley de Concesiones Eléctricas en 1992 y la Ley para Asegurar el Desarrollo Eficiente de la Generación Eléctrica en el 2006, han permitido: alinear las señales de precios a las del mercado, reducir la incertidumbre de los agentes privados en la inversión en el sector, expandir la cobertura eléctrica, fortalecer y expandir las redes de transmisión, reducir las pérdidas de energía, incrementar la atención a consideraciones ambientales y la adopción de un marco institucional más adecuado para el desarrollo del sector.No obstante, al avance del sector realizado con las reformas, uno de los temas pendientes es la integración regional de los sistemas eléctricos en Sudamérica. Si bien existe, cierto grado de integración regional física en electricidad, con excepción de la interconexión entre Brasil y Paraguay, todavía está pendiente una mayor integración comercial.La integración de los mercados de electricidad hacia un sistema eléctrico interconectado regional, mejora la seguridad de suministro y permite diversificar el parque generador según los recursos energéticos de cada país.En el Perú se vienen evaluando opciones de integración regional en electricidad más allá de la interconexión física con Ecuador, tales como la integración comercial con Chile, Brasil y Bolivia. Para lograr ello, el Perú debe aún implementar un marco regulatorio claro que priorice el suministro de electricidad al mercado nacional y realizar un análisis costo - beneficio del comercio internacional de electricidad, ya que la integración puede tener efectos en precios domésticos de electricidad de países exportadores netos.En caso el beneficio sea mayor al costo, entonces es una oportunidad para arbitrar precios de electricidad entre el país y nuestros países vecinos, y dar mayor valor agregado a nuestros recursos como hidroenergía y/o el gas natural, señala Witson Peña Tello, analista Sénior de Macroconsult