Perú hace un par de décadas iniciaba reformas en su rumbo económico, incluido el sector hidrocarburos. Creó Perupetro para que incentive y fiscalice la actividad exploratoria y el ente regulador Osinergmin para que regule las actividades de downstream. Petroperú no sería más juez y parte y debería tornarse en un actor competitivo en la cadena de valor de los hidrocarburos.Esta reforma fue muy similar a la adoptada en Colombia y Brasil y tal cual se impulsa ahora en Mexico. Sin embargo, Petroperú fue obligada a retirarse del upstream y se quedó con actividades de dowstream, donde compite con el sector privado. ¿Una empresa petrolera sin actividades en el upstream? En Colombia, México y Brasil los campos y áreas más prolijas se quedaron con las estatales Ecopetrol, Pemex y Petrobras, respectivamente.Como se evidencia, existen serias desavenencias y una muy fuerte confrontación política e ideológica sobre el norte que se le deba dar a la empresa. Esto ocurre a nivel de los actores influyentes de la industria y en la ciudadanía en su conjunto. Muchos quisieran desaparecer a Petroperú este mismo día, debido a su pasado bastante oscuro, politizado, ineficiente y de mucha corrupción. Claro que tienen algo de razón y por eso rechazan que crezca y se la incorpore al negocio del upstream.Muchos otros quieren que se fortalezca, tome nuevas actividades y regrese con fuerza a la actividad de exploración y explotación. También tienen algo de razón, debido a que nuestros países necesitan de sus empresas estatales por temas estratégicos y para detener muchas veces la agresividad y condicionamientos que muchas veces ejerce el sector privado. El reciente ingreso de ENAP en Chile a la generación eléctrica es un ejemplo.Perú puede salir de este empantanamiento sobre su empresa estatal. Este empantanamiento suma para que las inversiones y actividades se frenen aún más. La propuesta pasa por blindarla, lo más posible, del poder político de turno.Para esto, se deben establecer reglas claras en relación al nombramiento de su directorio y quienes lo componen. Petroperú debe tener directores independientes y estatales. El presidente ejecutivo de la empresa, por ejemplo, puede ser elegido por el presidente de la República, de una terna que sea propuesta por este directorio y la búsqueda de la terna encargada a una empresa de recursos humanos o cazatalentos. El perfil del candidato a presidente debe estar bastante definido previamente. Mirar lo que acontece con muchas empresas estatales colombianas es solo un ejemplo para no reinventar la rueda.El presidente ejecutivo, directorio y la empresa estatal en su conjunto, no pueden responder a los designios y caprichos del ministro del sector o del poder político de turno, en cuanto a sus inversiones, decisiones empresariales, operación y gobierno corporativo. Observamos esto ahora mismo en el caso del lote 192.Las empresas con estas características se politizan y terminan debilitándose y no cumplen ese rol estratégico que deben cumplir. Las empresas deben tener proyecciones de largo plazo mientras los políticos en su generalidad solo miran el corto plazo."To be or not to be Petroperú?". Diríamos "To be Petroperú", pero bajo un esquema de fuerte blindaje del poder político de turno, para que no se repita lo ocurrido en el pasado con muchas otras empresas estatales en la región, señala Álvaro Ríos,socio Director de Gas Energy LA y Drillinginfo.