En el último día permitido para hacer proselitismo político, ayer el candidato presidencial de Unión por el Perú (UPP), Ollanta Humala, mantuvo el fuego graneado que caracteriza su discurso político. Así, calificó de sinvergüenza, mentiroso y de haber cobrado dinero al ex comisario de Toquepala, el comandante César Mojorovich, quien en la víspera afirmó públicamente haber sido testigo del supuesto fraude que habría sido el levantamiento del líder nacionalista y su hermano Antauro, el 27 de octubre del 2000 en Locumba. Del mismo modo, increpó a los líderes políticos tradicionales por no denunciar que el cogollo corrupto de Vladimiro Montesinos fueron los generales de las Fuerzas Armadas y que en lugar de ello se meten con oficiales de menor jerarquía, como los coroneles Adrián Villafuerte y Edgardo Loyola, a quien se vio como parte de la comitiva que recibió al líder nacionalista en esta ciudad.En la capital del Altiplano, Humala volvió a hacer una cerrada defensa de quienes son cercanos colaboradores de su campaña presidencial. "Ellos vieron truncada su carrera militar. Quieren relacionarme con el montesinismo, pero si yo he dicho que cambiaré la Constitución de Montesinos", argumentó ante sus simpatizantes reunidos en la Plaza de Armas de Puno.