UN NECESARIO ESPÍRITU DE ENMIENDA
23 de septiembre de 2015

Tributación. La Administración Tributaria es quizá una de las entidades más importantes del país, pues se encarga de la recaudación de los impuestos y ese es el dinero que el Estado utiliza para poder funcionar (hacer obras, pagar remuneraciones, transferir a otros sectores, etc.). Sin embargo, es indispensable que cumplir con estas obligaciones no se convierta en un vía crucis para los contribuyentes. Ayer publicamos el caso de la empresa Telefónica, cuyo proceso de cobranza solo en vía administrativa duró más de 6 años y aún no termina en la vía judicial, pues la empresa ha dicho que acudirá ante el Tribunal Constitucional. En este caso puntual, el reclamo de la empresa no es por el pago de la deuda (un tema que aún se está discutiendo en sede judicial), sino por el pago de los intereses que dicha deuda generó durante el excesivo tiempo que duró el proceso por culpa de la ineficiencia del Estado (Sunat y Tribunal Fiscal). Un problema que sufrieron muchos contribuyentes y que llevó a que hace dos años se modificara la norma para impedir que esta situación continuara, sobre todo cuando el Tribunal Fiscal se excede en su plazo de resolución. Dado que las normas no son retroactivas, muchas empresas aún deben cumplir con esa obligación, ya que según el fisco existe una deuda de S/. 67,000 millones, en casos similares, por pago de intereses generados en procesos que duraron más del plazo legal. Desde los cambios que sufrió la Administración Tributaria en la década de los 90, muchos de sus procedimientos se han ido modificando poco a poco, pues el tiempo ha demostrado que varios no eran equitativos para los contribuyentes y muchas de las sanciones terminaban siendo confiscatorias. No todos los contribuyentes son grandes empresas que cuentan con el respaldo suficiente para iniciar acciones legales que duren más de 10 años, generando contingencias contables y gastos en abogados. Por ello es vital que la administración siga revisando sus procedimientos y normativa para asegurarse de que sea efectiva y simple de cumplir. Las normas tributarias deben asegurar el cumplimiento del pago de tributos, pero sin abusar de la posición de la Administración y asumiendo el costo por sus ineficiencias.

  • [Gestión,Pág. 20]
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