ESTÁNDAR AMBIENTAL. Todos los bancos establecidos en el país, además de Cofide, las empresas de arrendamiento financiero, de factoring, afianzadoras y de garantías, ya deben haber remitido a la SBS sus respectivos planes de adecuación a los requerimientos establecidos en el Reglamento para la Gestión del Riesgo Social y Ambiental.Esta norma fue promulgada por la SBS con el fin de reducir los riesgos socioambientales que afrontan las entidades del sistema financiero que otorgan préstamos a proyectos de inversión por más de US$ 10 millones en sectores como minería, forestería y generación de energía hidroeléctrica. Dicho monto, según la entidad reguladora, cubre a todos los proyectos que han afrontado problemas de ese tipo en el país. Su vigencia se iniciará en febrero del 2016.El documento que sustenta la nueva reglamentación cita los dos casos más sonados: Conga y Tía María, ambos paralizados por el pésimo manejo de los conflictos sociales de parte del Gobierno y de las empresas que los tienen a su cargo, y que han significado el congelamiento de capitales por más de US$ 5,000 millones. Es comprensible, entonces, que la SBS busque adecuar la regulación del riesgo crediticio para que estos imponderables formen parte de la evaluación y debida diligencia que los bancos ejecutan antes de aprobar un préstamo.Cabría preguntarse si esta regulación encarecerá el crédito para los grandes proyectos. No será el caso de la categorización de los factores de riesgo, pues la contratación de revisores independientes -para los proyectos calificados de "riesgo alto"- correrá por cuenta de las empresas. Sí podrían surgir sobrecostos en la tramitación y evaluación de los riesgos, aunque la SBS señala que el reglamento está armonizado con otros estándares, y que los informes sobre impactos ambientales y las medidas de mitigación ya son un requisito de las autoridades ambientales nacionales, así como de los organismos internacionales.Es un primer paso para incorporar un criterio nuevo en la calificación de los préstamos que puede ser crucial, dada la efervescencia que existe hoy en el tema ambiental.