MODA RETRO
30 de agosto de 2015

En medio de una campaña en la que Alan García ha propuesto, sin sustento atendible, agregar a los 19 ministerios que ya existen uno dedicado a la juventud, el planteamiento de Pedro Pablo Kuczynski de reducir más bien esa cifra -y eventualmente llegar a 10- sonó esperanzador.Es verdad que para que semejante reducción resultase significativa tendría que venir acompañada por un repliegue de cualquier intromisión que, a través de normas y trámites, esas entidades estatales pudieran ejercer en la vida de los privados. El discurso inicial con el que PPK se refirió a la reforma sugerida parecía apuntar en ese sentido y permitía abrigar un moderado optimismo al respecto hasta que una vez más -como ocurrió en el caso de la recordada ‘ley pulpín’- el líder y precandidato presidencial de Peruanos por el Kambio decidió retroceder.Todo empezó el jueves pasado, cuando Kuczynski, acompañado por su equipo económico, presentó en un acto público un resumen de su plan de gobierno. El documento, titulado "Llegó la hora de crecer. Ocho ideas PPK", viene antecedido de una carta a los peruanos firmada por el propio precandidato, en la que este afirma que uno de los requisitos fundamentales para progresar es "tener ideas claras". Y luego, en su punto número 2, el documento señala textualmente que para eliminar procedimientos, evitar duplicidades y disminuir oportunidades para la corrupción, "debemos reducir el número de ministerios"."Hoy tenemos 19, varios de los cuales nacieron con muy pocos recursos (por ejemplo, el ministerio de Ambiente y [el] de Cultura) -continúa el texto-, mientras que varios sectores importantes (como el agua y saneamiento, la agricultura campesina) no reciben la atención y los recursos que merecen. Sería mejor que cada sector tenga una secretaría y que las secretarías estén coordinadas en no más de unos 10 ministerios". Así de claro y razonable.Y sin embargo, solo 24 horas más tarde, intimidado acaso por los ataques de algunos dirigentes apristas que, como en la campaña de 1990, comenzaron a agitar el fantasma de los despidos en el sector público, Kuczynski salió a dar marcha atrás y declaró: "Los periódicos destacan que vamos a reducir el número de ministerios. Eso no es así". Es decir, una perfecta contradicción respecto de lo señalado en el texto.Y luego, provocando el total desconcierto, agregó:"No tengo idea si serán 10, 12 o 15 [los ministerios, se entiende], pero tener 19 parece un número grande". ¿Ideas claras, dijo?Pero PPK fue más allá y se internó precisamente en las profundidades que sus contendores políticos querían. "¿Habrá menos gente trabajando en el sector público?", se preguntó retóricamente. Y de inmediato respondió: "No. Habrá más gente en áreas rurales, en las áreas más pobres". De lo que habría que colegir que no se va a despedir a nadie y que los funcionarios de determinados ministerios simplemente van a ser readiestrados y enviados al interior del país para cumplir nuevas tareas. Uno de esos escenarios idílicos que es más fácil pintar con palabras que hacer efectivo una vez en el poder.No obstante, más allá de lo que representa específicamente esta propuesta (de la que no sería extraño que no volvamos a escuchar), lo preocupante es la facilidad con la que el postulante de Peruanos por el Kambio retrocede a propósito de las iniciativas en las que parecía alejarse del montón de políticos solo interesados en cortejar el voto popular recitando fórmulas populistas. Como en una extraña danza, PPK da un paso hacia adelante para dar luego dos hacia atrás, pues acaba en una posición más rezagada que la que tenía antes de haber lanzado su inicial propuesta renovadora. Y lo malo para él de quedar convertido en uno más de los candidatos que se complacen en aturdir al electorado con iniciativas tan deslumbrantes como inconvenientes o impracticables es que hay otros que lo hacen mucho mejor.(Edición domingo).