Nos tocó participar del Congreso Mundial de Gas Natural, realizado en París la primera semana de junio, del cual quiero compartir algunas reflexiones sobre las tendencias marcadas en dicho evento. Muy fuerte impulso para una mayor penetración de gas natural en la matriz energética mundial durante las próximas décadas, debido a dos factores:Abundancia. Las reservas y recursos de gas natural que tiene el planeta son base para las necesidades de largo plazo. Las reservas convencionales estimadas en 6,550 trillones de pies cúbicos (TPC) garantizan abastecimiento para 55 años. Si sumamos los recursos técnicamente recuperables estimados de shale gas de 7,300 TPC, tenemos otros 61 años adicionales.El cambio climático. Todos los estudios señalan que en las próximas tres décadas las energías fósiles (carbón, petróleo y gas natural) seguirán dominando la matriz energética mundial (85% del total). De estos tres combustibles, de lejos, el gas natural emite mucho menos dióxido de carbono (entre 25% a 50% menos), principal responsable del cambio climático.EE.UU. ha destrabado ingentes recursos de shale gas y ha incrementado su producción en casi 40 billones de pies cúbicos por día (BPCD), desplazando al carbón y algunos derivados de petróleo. Ahora es un muy firme impulsor para detener el cambio climático, cuando década o más atrás no quería ni oír hablar del tratado de Kioto.Europa ha hecho una fuerte apuesta a energías renovables (eólica y solar) y ha erogado billones de euros en fomentar su desarrollo y privilegio en los despachos eléctricos, a pesar de su costo más elevado. Estas energías, sin embargo, son intermitentes (no hay generación si no hay viento o sol) y requieren de otra fuente de respaldo. Nada mejor que el gas natural para este efecto y, por lo tanto, también están en una campaña para impulsar acuerdos globales de restricciones a emisiones de CO2.A China no le queda más que impulsar el gas natural. En las pasadas dos décadas había basado su modelo de desarrollo económico con energía barata a partir de generación a carbón. Empero, tiene delante un muy serio problema de salud por la aguda contaminación en varias de sus ciudades. Por lo tanto, apuesta también muy fuerte al gas natural.Rusia, Australia, Medio Oriente y ahora EE.UU., que tienen enormes reservas y recursos de gas natural, pretenden llegar con mayor fuerza a los mercados demandantes de Europa y Asia (China, Japón, Corea, India, etc.) mediante gasoductos y gas natural licuado (GNL).El Congreso nos permitió también visualizar el fuerte impulso tecnológico para que barcos, trenes, camiones de alto tonelaje y maquinaria pesada funcionen a gas natural, es decir, gas natural no solo para generación eléctrica, sino para el segmento transporte. El desafío de la industria es concretar más infraestructura para amarrar grandes reservas con mercados a través de gasoductos y sobre todo más GNL.La presencia latinoamericana en propuestas y visiones fue muy limitada. En vez de ser una región exportadora de GNL debido al enorme potencial de gas natural que tiene en casi todos los países, cada vez importamos más GNL, por falta de exploración e integración gasífera, señala Álvaro Ríos, socio director de Gas Energy y Drillinginfo