¿Y LOS OTROS PEPE JULIOS?
10 de junio de 2015

Ayer el Poder Judicial dictó nueve meses de prisión preventiva para el tal Pepe Julio Gutiérrez, el hombre de Tierra y Libertad que dejó la "lucha por el medio ambiente" por tratar de sacarle un plato de lentejas a Southern Perú, para dejar de lado las hostilidades al proyecto cuprífero Tía María. El personaje afronta un proceso por extorsión luego del audio en que se les escucha exigiendo varios miles de dólares por suspender o apaciguar los reclamos.Muy bien que este impresentable se quede adentro en espera de que la justicia lo sancione en todas las instancias necesarias. Sin embargo, habría que preguntarse qué ha sido de los otros autores intelectuales y materiales del desmadre que vivió el sur del país hace un mes y que ocasionaron la muerte del policía Alberto Vásquez Durand (51), a quien le abrieron la cabeza de una pedrada lanzada por esos antimineros que cuando se les toca con la mano de la ley reclaman por sus "derechos humanos".Pero los salvajes que se hacen llamar "antimineros" no solo están en el sur del país. Hace pocos días acá en el Centro de Lima tuvimos a otra turba reventando las ventanas de los cajeros automáticos, levantando parte de pistas y veredas, y destruyendo demás propiedad pública y privada. Y claro, cuando acaban en la comisaría o ven a un policía que saca un arma para defenderse, comienzan a gritar "asesinos" o que hubo "represión".Una cosa es reclamar por un proyecto minero que puede ser mejorado con la participación de todos, y otra muy diferente es matar policías, bloquear carreteras, amenazar poblaciones, raparle el pelo a una mujer que no apoya sus demandas y tomar una ciudad para apedrear lo que se les antoje. Sin duda, en cualquier país del mundo, esta gente que se hace llamar "ambientalista" estaría presa y sin lugar a quejarse de que se está "criminalizando" sus protestas.Lamentablemente, estas cosas continuarán mientras jueces y fiscales no actúen con la firmeza del caso para sancionar a asesinos, tirapiedras y revoltosos a los que por décadas se les ha permitido llegar demasiado lejos. El Perú nunca será serio si acá cualquiera al que se le ocurre hacer un reclamo, sacar hordas a la calle provistas de palos y piedras como las que vimos en los días en que Tía María nos hizo ver que aún nos falta mucho para eso llamado "primer mundo", señala el director del diario Correo, Iván Slocovich.