SEGURIDAD DE SUMINISTRO DEL GLP
3 de junio de 2015

Desde el 2006, el gas licuado de petróleo (GLP) es el tercer combustible más consumido en el Perú. En el 2014, representó 15% de la demanda nacional de hidrocarburos. La demanda nacional de GLP creció a una tasa promedio anual de 11% en la última década, casí el doble que el PBI. Si la demanda sigue creciendo sostenidamente y, dado que la producción nacional no crecerá significativamente, el país pasaría a ser importador neto de GLP en los próximos tres años, lo que a su vez requiere la ampliación en las instalaciones de almacenamiento de GLP. Todo ello apunta a que más adelante veremos el consiguiente incremento en su precio con impactos en el bienestar de los usuarios y la balanza comercial de hidrocarburos.La oferta de GLP se encuentra concentrada en la producción de la planta de fraccionamiento de Pisco. Las principales facilidades de comercialización de GLP (plantas de producción, terminales, almacenamiento, etcétera) se encuentran en zonas de alto riesgo sísmico y áreas costeras vulnerables a fenómenos marítimos. Un ejemplo de ello lo experimentamos en los últimos dos meses, cuando una conjunción de hechos fortuitos tuvo consecuencias importantes sobre la disponibilidad de GLP y la elevación de su precio: una nueva falla del ducto de líquidos de gas natural de Camisea, dificultades operativas en Planta Malvinas, en Cusco, debido a los efectos del mayor caudal de los ríos, y recurrencia de oleajes anómalos afectaron la seguridad de suministro a corto plazo de este combustible.Estos hechos puntuales y temporales generan una oportunidad para discutir sobre la seguridad del suministro energético en nuestro mercado, no solo por el abastecimiento continuo a corto plazo, para afrontar shocks no esperados de oferta, sino también por el abastecimiento a largo plazo que permita asegurar inversiones suficientes para cubrir el crecimiento de la demanda en el tiempo.Estas medidas pueden ser: i) diversificar la fuente de producción de GLP, que principalmente depende de una sola fuente de abastecimiento: los líquidos del gas natural de Malvinas (lotes 88, 56 y 57). Esto mediante el fomento de la inversión en upstream para mayor exploración y explotación de nuevos lotes de hidrocarburos; ii) el GLP requiere el desarrollo de instalaciones especiales para su transporte y recepción. Por lo tanto, se debe promover el desarrollo de nuevas instalaciones que incluyan, además, almacenamiento de GLP; iii) planificar de manera conjunta e integral las ampliaciones entre las plantas (de separación y fraccionamiento) y la infraestructura de transporte de gas natural y líquidos de gas natural, de modo que se evite la aparición de cuellos de botella; iv) política de precios relativos óptima que reoriente la demanda de GLP. En tal sentido, a futuro se debería pensar en revisar la política del ISC al GLP, según su grado de nocividad; y v) las políticas gubernamentales de abaratamiento de precio del GLP y promoción de consumo, por ejemplo mediante el Fondo de Inclusión Social Energético (FISE), que cubren a un millón de hogares, pueden enfrentar restricciones de aceptación en la medida en que se sustentan en subsidios cruzados de los consumidores de mayor ingreso. Allí surge, por tanto, una posible presión por recursos fiscales para mantener en el tiempo dicha política, o una revisión a fondo de la misma, señala Witson Peña Tello analista de Macroconsult.

  • [Gestión,Pág. 20]
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