Si el Banco de la Nación (BN) quiere incursionar en las mismas actividades en las que lo hace la banca comercial, debe hacerlo bajo las mismas condiciones bajo las que opera el resto de entidades financieras -eliminando toda prebenda- y no utilizando la posición de la que goza al ser el agente financiero del Estado, sostiene el economista y director del Instituto Acción, Carlos Adrianzén, que hoy publica un informe al respecto.Según, Adrianzén, el BN cuenta con, para empezar, información privilegiada por tener a su presidente sentado en el directorio del Banco Central de Reserva (BCR), que es la entidad que fija la política monetaria y regula la actividad bancaria en el país. Ello, en opinión del experto, es una ventaja inmensa sobre sus posibles competidores.Además, el BN tiene el monopolio de los fondos de todas las instituciones públicas, y si quisiera convertirse en un banco comercial, todos los fondos públicos deberían ser licitados entre todas las entidades financieras por igual.