TÍA MARÍA, INVERSIÓN Y CRECIMIENTO
21 de mayo de 2015

1. El revés de Tía María puede marcar un nuevo hito en el proceso de desaceleración de la economía peruana. Como es usual, la responsabilidad de lo sucedido es compartida. Tanto la empresa como el Gobierno fracasaron en su objetivo de sacar adelante el proyecto en el primer semestre de este año (y muy probablemente en lo que resta del periodo de gobierno). En el desenlace de Tía María jugaron una multiplicidad de factores: muchas incapacidades (de análisis, de negociación, de comunicación), falta de transparencia, corrupción, desconfianza, ausencia de Estado y de liderazgo político, entre muchos otros. Es obvio que los que se oponen al proyecto no han fracasado. ¿Qué ganaron? No es claro, pero el Perú como un todo perdió.2. En este contexto es útil revisar las cifras del PBI per cápita de las 24 regiones del Perú. En el año 2013, el PBI per cápita del Perú fue de S/. 18,000; el de Lima fue 28% mayor que el promedio nacional. En ese año hubo un solo departamento con un PBI per cápita mayor que el de Lima. ¿Sabe cuál fue? Moquegua. Y no es que fue un poquito mayor, Moquegua registró un PBI per cápita muy superior al del resto del país: ¡2.4 veces el nivel de Lima, 3.4 veces el promedio nacional y 9.7 veces el de Apurímac! Y, obviamente, hablar del PBI de Moquegua es hablar de minería, es referirse a Cuajone y a la refinería de Ilo, ambas unidades productivas de Southern, la empresa que quiere desarrollar Tía María. ¿Paradójico, no? 3. ¿Cómo entender entonces la oposición a la inversión en Tía María? ¿Es que las regiones del país se oponen a la inversión privada y el crecimiento económico? Algunos analistas podrían argüir que las cifras del PBI per cápita aquí presentadas miden la producción y no los ingresos de la población. Sin embargo, aún si se utilizan las cifras de ingreso per cápita (en base a los datos del 2011 de la Enaho), vemos que el ingreso per cápita de Moquegua era 45% mayor que el promedio nacional y 2.7 veces el nivel de Apurímac, donde podría desarrollarse el proyecto minero Las Bambas, a menos que empresa y Estado se vuelvan a equivocar.4. La población del interior del Perú no se opone a la inversión privada; las regiones necesitan atraer enormes flujos de inversión para poder crecer y cerrar la gran brecha que las separa de Lima y sobre todo de Moquegua. ¿Acaso ha escuchado usted que en el interior del país se oponen a la inversión en centros comerciales, en complejos turísticos, en telefonía, en proyectos agrícolas o en empresas manufactureras? La oposición a ciertos proyectos de inversión se centra en los proyectos orientados a la explotación de recursos naturales (minería, gas, petróleo, bosques, productos hidrobiológicos). 5. ¿Por qué? Tal vez la respuesta se encuentre en la percepción de injusticia que puede derivarse de los derechos de propiedad común que prevalecen en el país: "Los recursos naturales son de la nación" y a muchos les molesta que estos sean explotados por privados. A nuestra manera, habríamos inventado una nueva versión de la "Tragedia de los comunes" (donde algunos recursos comunes no se sobreexplotan, simplemente ¡no se explotan!). La oposición a estos proyectos también puede surgir del desconocimiento y el miedo a que el desarrollo de los mismos afecte directa y negativamente el bienestar de las comunidades aledañas. En este contexto, los EIA no deben ser vistos como un sobrecosto impuesto por los conservacionistas, sino como una herramienta de validación y legitimación del proyecto, que debe ser tomada con toda la seriedad y transparencia del caso, señala Carlos E. Paredes, Director de Intelfin y profesor universitario.

  • [Gestión,Pág. 21]
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