SECTOR MINERO PERUANO SIN CONGA Y TÍA MARÍA
20 de mayo de 2015

La industria minera se enfrenta, en la actualidad, a una agudización de conflictos sociales que han generado un incremento de los costos de desarrollo, el retraso y hasta la paralización de algunos proyectos mineros en el país. Esta situación ocurre en un contexto de menores precios de metales, cuando las empresas mineras están ajustando (optimizando, priorizando y postergando) sus inversiones en ampliaciones y nuevos proyectos mineros. Se espera que este no sea el inicio de un círculo vicioso: más costos, menos precios y, por tanto, menos proyectos viables.En la última década, se han paralizado cinco proyectos mineros relevantes: Cerro Quilish, de Yanacocha, en Cajamarca, en el 2004; Tambogrande, de Manhattan Minerals, en Piura, en el 2005; Río Blanco, de Monterrico Metals, en Piura, en el 2008; Minas Conga, de Yanacocha, en Cajamarca, en el 2011 y Tía María, de SPCC, en Arequipa. Lo notorio de este último es que por primera vez se ha frenado una mina de clase mundial en el sur del país, donde la minería opera desde hace 50 años. Los otros proyectos están ubicados en la zona norte, donde la minería en gran escala es una actividad relativamente reciente.Estos proyectos suman un monto de inversión superior a US$ 8,000 millones, lo cual representa casi la totalidad de la inversión minera en el 2014. Si se hubieran implementado los proyectos de cobre Minas Conga y Tía María el país contaría con un 16% más de producción de cobre que la que obtuvimos en el 2014. Probablemente, los efectos de haber paralizado ambos proyectos de cobre no sean evidentes en el corto plazo, ya que la producción de cobre nacional se expandirá debido a proyectos que ya comenzaron parcialmente su producción y que se encuentran en proceso de alcanzar su máxima capacidad en el 2015 (tales como Toromocho y Constancia) y de proyectos en construcción (Las Bambas y las ampliaciones de Cerro Verde y Toquepala). Estos añadirán más de 800,000 TMF de cobre entre el 2015 y el 2017, o sea, más de la mitad de la producción de cobre del 2014.No obstante, los efectos serán más claros luego del 2017, puesto que la producción de cobre tendrá menor perspectiva de crecimiento ya que no existen proyectos de envergadura (tipo Las Bambas) que entrarían en operación comercial, con excepción de la posible implementación del proyecto Quellaveco en Moquegua. Pero dicho proyecto se encuentra a la espera de aprobación del directorio de Anglo American para este año.Siendo el cobre el principal producto de exportación, la situación de bajos precios de metales y mayor riesgo de los conflictos sociales tendrá impactos negativos sobre el potencial de crecimiento de la economía, debido a que se reducirían la producción minera, las exportaciones mineras, la disponibilidad de divisas, ingreso fiscal (impuesto a la renta y regalías), el canon minero para las regiones, entre otros. Decir que otras actividades económicas pueden sustituir su aporte es, por lo menos, una falacia, señala Witson Peña, analista de Macroconsult.

  • [Gestión,Pág. 20]
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