Es positivo y esperanzador que las nuevas generaciones de peruanos estén promoviendo iniciativas contra el racismo y cualquier forma de exclusión que se base en doctrinas trasnochadas y prejuicios contrarios a la dignidad de la persona humana.Esta semana la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos premiará a un grupo de escolares del colegio Newton que el año pasado convirtió un proyecto escolar en una vibrante campaña para llamar la atención contra la discriminación racial. Luego de zambullirse seriamente en los libros, Internet y de realizar entrevistas a personajes y expertos, se lanzaron a preparar carteles, charlas y talleres con sus compañeros.Así, lograron que los miembros de su entorno tomaran conciencia de la gravedad del problema --que a veces adopta formas escondidas--y se involucren cada vez más con la idea de un país más unido y fraterno, que valore a sus ciudadanos por su condición de personas y no por raza, credo, clase, religión u opción sexual.Este ejercicio de respeto y tolerancia es muy saludable y debe ser emulado por los peruanos de toda edad, para entender que nuestro país es un crisol de razas, cuyo mestizaje racial, cultural e histórico es parte de su identidad y su riqueza. En tal contexto, las barreras raciales son no solo inaceptables y absurdas sino también un lastre para el desarrollo y la convivencia civilizada y en paz. (Edición domingo).