El proyecto cuenta con la aprobación del estudio de impacto ambiental y lo han refrendado públicamente tanto el Ministro del Ambiente como el Presidente del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental.No hay razones de peso para la oposición a dicho proyecto. La minería moderna puede convivir con la agricultura. El proyecto Tía María significará más ingresos de divisas e impuestos. La mitad de estos últimos se quedarán en la zona de influencia bajo la forma de canon minero.El proyecto es importante para el departamento. Representa una inversión de US$ 1,400 millones, (de los cuales 350 ya se han realizado). Entraría en producción en 2018 con 120 mil TMF de cobre al año. El proyecto Conga era de 105 mil TMF del mismo metal.El paro indefinido en la provincia de Islay lleva ya 20 días. La debilidad del Estado es notoria. En estos casos es conocida la incapacidad de los últimos gobiernos para imponer el orden y hacer que se cumplan las leyes. Por otro lado, el anuncio de un alto funcionario de la empresa sobre la decisión de abandonar el proyecto llamando "terroristas antimineros" a los opositores no ayuda al diálogo y no se ajusta a la verdad. Terrorista es una palabra muy cara en el Perú. El término posee una elevada carga emocional y contiene fuertes connotaciones políticas. El terrorismo trae a la memoria momentos tétricos de la historia reciente del país.El inicio del proyecto Tía María es importante como demostración de que el gobierno tiene la voluntad y la capacidad para hacer que se respete el orden y evitar que una minoría vuelva a imponer su voluntad sobre los intereses nacionales mayoritarios, incluidos los del Estado peruano. Si el gobierno fuese más diligente podría adelantar desde ahora los beneficios del proyecto con obras en la zona contra el futuro canon. Los actuales alcaldes tendrían algo que mostrar. El Congreso no se opondría a una norma que haga posible esos resultados, señala Elmer Cuba, socio director de Macroconsult.