En los últimos días se habló de los virtuales riesgos de la ruptura de los gasoductos colocados en Lima. Tanto Carlos Lozada como André Aerssens, gerente de comunicación y gerente técnico de Cálidda, aseguraron ayer que las medidas de seguridad adoptadas por la empresa impiden cualquier tipo de incidente que ponga en peligro a los usuarios (residenciales o industriales). Lozada explicó que el grosor de las tuberías empleadas era superior en 37% al estándar mundial, y que se contaba con equipos electrónicos diseñados para repeler el óxido de las mismas. Aerssens, por su parte, comentó que ante un posible movimiento sísmico que pudiera afectar la colocación de las tuberías (como se especuló anteriormente), los sistemas utilizados mantendrían el equilibrio del gaseoducto.Por otro lado, indicaron que las reservas para los consumidores domésticos están aseguradas para varios meses en el caso de un corte prolongado del bombeo del gas.