En las últimas semanas, hemos sido testigos del enfrentamiento entre los gobiernos regionales de Arequipa y Moquegua por la ubicación del polo petroquímico que deriva del Gasoducto Sur Peruano (GSP), y ello está motivado porque el Estado ha dejado en manos de los inversionistas privados la definición del lugar de su construcción, aunque esto tampoco estaría asegurado.Para Rafael Laca Sánchez, experto en temas energéticos, el lugar del polo petroquímico dependerá inicialmente del trazado del ducto, lo cual está precisado en el contrato suscrito el año pasado con Odebretch.En su opinión esta evaluación técnica y social no debería depender de las concesionarias sino del Estado "porque ellas van a ver por dónde es más rentable para sus bolsillos llevar su tubo", anota. Jorge Manco Zaconetti, investigador de la UNMSM, señala que en efecto la definición del polo petroquímico e incluso su construcción depende de las trasnacionales.