Fue un discurso con sabor a despedida en medio del almuerzo en el Banco Interamericano de Desarrollo que tuvo a Alejandro Toledo como protagonista. Quizá orgulloso por las palabras del director del BID, el colombiano Luis Alberto Moreno --"se miran con cierta envidia los logros económicos del Perú, que está cerca de alcanzar el Investment Grade de parte de las empresas calificadoras"--, el jefe del Estado se inspiró y largó el rollo ante un nutrido y apetente auditorio."En cinco meses dejo el gobierno y al próximo presidente un país en azul y verde. En azul, porque ahí están las cifras macroeconómicas --lo digo con humildad y sin triunfalismo-- y en verde porque hay una nación con más esperanza y con polos agroindustriales de verdor en el desierto", expresó.