El abrupto derrumbe del precio del petróleo ha aliviado a los países importadores de hidrocarburos y estresado hasta el límite a los exportadores netos, como Venezuela y Rusia, que basan su economía en la venta del oro negro. Perú, que importa este recurso para cubrir sus necesidades de combustible, pero aspira a ser también exportador neto, ¿en qué posición se encuentra?El consenso general indica que la caída de la cotización del petróleo es beneficiosa para el país por los ahorros que generará al erario público y a los consumidores finales de combustibles, por ejemplo. Pero habría varios bemoles."En el 2013, nuestro país gastó US$3.355 millones en importar petróleo. Si el precio sigue a la baja, como parece que seguirá, el próximo año podremos ahorrarnos la mitad de ese dinero y los consumidores de gasolina y diésel se beneficiarán con un precio menor de los combustibles, así como las industrias cuyas maquinarias funcionan a diésel".Carlos del Solar, ex presidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía, considera, en cambio, que se debe poner una mirada crítica al interior del sector hidrocarburos, pues son muchos los grandes proyectos de infraestructura energética que se tornarán insostenibles con los nuevos precios del petróleo."Se debe reevaluar la modernización de la refinería de Talara, adjudicada con crudo a US$100 el barril, lo mismo que el Gasoducto Sur Peruano, la petroquímica y los proyectos de nuevos gasoductos al norte y centro del país, porque no hay exploración", advierte.