La mañana del 7 de octubre del 2014, el comandante general del Ala Aérea N° 1 de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), Jorge Luis Briceño Herrera, llegó hasta la sede de Aduanas, ubicada en Carpitas (Tumbes), con el propósito de recoger 4.435 galones de combustible donado para fines institucionales. Aquel combustible, lejos de ser trasladado hacia una de las tres sedes que tiene la FAP en el norte peruano, cada una implementada con su respectivo grifo, fue llevado en dos cisternas hacia otro grifo particular de Tumbes.