Concluido el arduo proceso de negociaciones del tratado de libre comercio con EE.UU., corresponde ahora a las más altas instancias del Ejecutivo y el Legislativo asumir su responsabilidad de debatirlo objetivamente y aprobarlo, pensando en el interés nacional.El presidente Toledo ha viajado a Washington, en visita de Estado, para tratar el asunto con su homólogo George W. Bush. Pero, finalmente, corresponderá a los congresos de ambos países la ratificación de un instrumento de esta categoría luego de un análisis exento de anteojeras demagógicas.Por la misma razón, resulta inconveniente debatir la aprobación del TLC en el Congreso en medio del fragor de la campaña electoral. Ello, precisamente, para evitar que un tema trascendental para el país se vea convertido en una banderilla partidaria o caiga en los consabidos manoseos ideológicos de políticos trasnochados.Por lo mismo, nos aunamos al pedido del presidente Toledo, quien ha exhortado a nuestro Congreso a debatir la ratificación del TLC apenas concluida la elección del 9 de abril, cuando las aguas estén más calmadas. Sería útil que, dentro de la Comisión de Inversión, que preside Jorge del Castillo, se forme una subcomisión integrada por jefes de todos los grupos parlamentarios, que pueda elaborar un dictamen con un sólido respaldo político.Muchos de los actuales congresistas han participado en algunas sesiones negociadoras y conocen los pormenores, por lo que sería contraproducente, casi un salto al vacío, delegar esta ratificación al Parlamento que se instale recién el 28 de julio.Al respecto, es importante que, como ha prometido el presidente, se inicie una campaña informativa para explicar a la población (que lo aprueba en más del 50%) los beneficios del TLC que, hasta donde puede verse, son notablemente superiores a los inconvenientes. Ante el anunciado término del ATPDEA, es la única manera de crecer significativamente y desarrollar la pequeña empresa y la agroexportación en costa y sierra.La sociedad civil, sin presiones de ningún tipo, tiene derecho a estar informada y a exigir a sus parlamentarios que, en la ventana que se abre después del 9 de abril y antes de una eventual segunda vuelta, se debata y apruebe este vital instrumento que nos abre la puerta al mercado más rico del mundo.