SUBVENCIONANDO A PETROPERÚ Y REPSOL
29 de diciembre de 2014

Callada, mañosa, ladinamente a diario el régimen humalista le mete la mano al bolsillo a Juan Pueblo para financiar la ineficiente y politizada Petroperú, a la par que para enriquecer a la transnacional Repsol. Se trata de un tinglado tan fácil como corrupto: subvencionar a ambas petroleras con millones de soles al permitirles recibir gran parte del diferencial entre el actual precio internacional del barril de petróleo -US$62- y los US$115 que marcaba el mercado mundial hace apenas seis meses. Es decir, la mayor parte de aquel 50% de residuo en el costo de la materia prima para ambas refinerías no ha sido trasladado -como debió ser- a los consumidores, sino más bien ha sido repartido en forma mercantilista y duopolista únicamente entre Petro y Repsol. ¿Es esto inclusión social, presidente Ollanta Humala? ¿Consideran que esto es ético los dueños de oenegé que dicen luchar contra la corrupción y defender al ciudadano?Lo que ocurre es que el presidente Humala, cegado por sus genes chauvinistas, puso la mira en volver a transformar a Petroperú en megaempresa estatal, previsiblemente evocando a su maestro, luz y guía, el golpista Juan Velasco, quien estatizara la incipiente industria petrolera que existía entonces, asestándole el tiro de gracia a toda expectativa futura del Perú al evitar que se convierta en productor-exportador de oro negro; como sí ocurrió con Ecuador, donde el Estado permitió la participación de los capitales privados en la exploración y explotación del complicadísimo emprendimiento petrolero. El socialismo militar optó por monopolizar esta industria, convencido de que con ello convertiría al Perú en el Saudi Arabia latinoamericano. Como era evidente, la apuesta fracasó de manera estrepitosa. Entre la tontería, ineptitud y corrupción de la burocracia de Petro, este país dejó de producir aquellos 120 mil barriles que a diario bombeaba hasta hace veinte años, para hoy apenas extraer la mitad -o algo así- de esta humillante cifra. Esto es la estricta verdad, presidente Humala. Y no esos sueños de opio -de cariz cuartelero- que pretenden transformar la realidad a base de ucases, como intentó su mentor Velasco y ahora repite usted como su aplicado alumno.Precisamente ahora que la economía nacional ha sufrido un potente frenazo, Perú se da el lujo de dispendiar US$3 mil millones dizque para “modernizar” la planta de Talara. Una refinería que operará esa misma empresa estatal, políticamente manipulable, que entre otras corruptelas gastara cientos de miles de soles en decorar un ambiente de palacio de gobierno por orden del entonces presidente Toledo. En esto hay que ser claros. Terceros sí se favorecerán crematísticamente de estos US$3 mil millones presuntamente destinados a la instalación talareña. Pero la gente de a pie se verá perjudicada con esta absurda operación, porque al final del día servirá para revivir un Leviathan burocrático -además de proto corrupto- concebido para satisfacer el ego demagógico de la izquierda. Petroperú y Repsol deberían devolverle al público todo el diferencial que se han embuchado al venderle combustible sobrevaluado, haciéndolo mediante una proporcional rebaja de precio. ¿O no, presidente Humala?, señala Luis García Miró García.