La historia comienza con una licitación que el Banco de la Nación (BN) hizo para contratar a una empresa que diseñe una solución tecnológica con el fin de que la tarjeta Multired se convierta en Multired Visa, y la red del banco pueda trabajar con ese medio de pago, pero solamente como tarjeta de débito.La buena pro se adjudicó a la empresa SLM Soft, sin embargo, después se detectó que uno de los equipos ofertados dentro de la solución tenía una prestación menor (velocidad) y que el nombre del mismo no era igual al ofertado.De acuerdo con el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores del BN, Fausto Bazán, la empresa ofreció cambiar el equipo por uno mejor, pero al final se buscó desconocer el contrato con la compañía ganadora porque se le exigía una serie de pruebas difíciles de cumplir. Es más, agregan que habría sido el propio Kurt Burneo, titular de esta entidad, quien ordenó tomar esta postura respecto del contrato a cualquier costo. Ocurrido esto, el caso pasó a un arbitraje, el mismo que fue ganado por la empresa SLM Soft, es decir, el costo de esta mala gestión le demandará al banco (a todos los peruanos) el pago de más de un millón de dólares.