En medio de las críticas de expertos, políticos y del propio organismo regulador, Transportadora de Gas del Perú (TGP), empresa encargada del transporte del gas natural del proyecto Camisea, no descartó que ocurran nuevas rupturas en el futuro, pero aseguró que "no estamos con los brazos cruzados".El gerente general de la empresa, Ricardo Ferreyros, justificó los incidentes al señalar que proyectos de la envergadura de Camisea suelen presentar inconvenientes en sus etapas tempranas. Añadió que luego se llegará a una etapa de estabilidad, y recordó que el oleoducto norperuano, con más de 30 años de operaciones, tuvo 44 accidentes."Estamos haciendo lo posible para reducir la posibilidad de nuevas roturas. No estamos contentos con lo ocurrido ni tampoco estamos de brazos cruzados", anotó Ferreyros. Informó que se está realizando una evaluación interna de la situación del ducto.Además, reiteró que han pedido al Gobierno que contrate una auditora independiente para que evalúe esta construcción. "Si se encarga este examen a TGP, estaría listo en junio, indicó.
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